Mary Luz Andía rumbo a París 2024.
Mary Luz Andía rumbo a París 2024.

Le dio náuseas y dolor de estómago. Ocurrió en el kilómetro 14, luego de una hora de empezar la competencia de 20 kilómetros. Tuvo que parar y no paraba de vomitar. No podía respirar bien. Pasó por su mente abandonar la carrera. Tomó aire y decidió continuar. Recuperó el ritmo y alcanzó la tercera posición, a cuatro segundos de la número dos. Y ratificó la marca directa para los Juegos Olímpicos de , bajo el cielo templado de Dudince, en Eslovaquia.

La cusqueña Mary Luz Andía es una de nuestras figuras en marcha atlética. Acaba de llegar de Dudince y responde esta videollamada desde Arequipa, adonde llegó a los 14 años, donde ya entrena para el mundial de Turquía, que será en unas semanas, y desde donde ya piensa (y sueña) en París.

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¿De dónde sacaste fuerzas para continuar la carrera en Eslovaquia?

Pensé: “He invertido de mi bolsillo, me ha costado tantos meses de entrenamiento...”. Mi motivación fue haberme pagado todo. No lo iba a tirar todo al agua (ríe).

¿Absolutamente todo?

Sí, me pagué absolutamente todo. Fue un poco complicado llegar, pero gracias a mi esposo pude tener el contacto de la encargada de la competencia. Tuvimos que escribir a profesores de otros países para que nos pasaran el contacto y poder cuadrar la movilidad, que nos separen el hotel y todo eso.

También ves la parte administrativa.

Sí… Cuando lo hicimos, mi federación me llamó, pero les dije que ya todo estaba hecho. Claro, mi federación me ha avalado.

Mary Luz Andía.
Mary Luz Andía.

¿Cómo estamos posicionados en marcha atlética?

Estamos entre los 15 primeros del mundo. Kimberly (García) está entre los cinco primeros del mundo, mi compañera Evelyn está entre los diez primeros del mundo y mi persona entre los 15 primeros del mundo. Kimberly nos ha abierto muchas puertas, nuestro deporte es más conocido y es gracias a ella. Y vemos que sí podemos estar como ella, Perú puede estar entre los tres primeros del mundo.

Tienes 23 años, ¿pero no sientes que has vivido más?

La verdad que sí. La vida me ha dado muchas experiencias, me he tropezado muchas veces, me he caído, me he levantado; y así seguiré hasta poder lograr mi objetivo.

Un tumor te llevó cerca de la muerte.

Me detectaron un tumor en la clavícula después que nació mi hija. Tuvieron que operarme de emergencia. Eso fue hace un año.

¿Qué complicaciones hubo?

Estaba en la sala de operaciones, me durmieron con la anestesia y cuando desperté no podía respirar, se olvidaron de ponerme el oxígeno y estaba agonizando. Tenía mucho dolor por el corte que tenía en el cuello. La enfermera no me había puesto oxígeno. Entró una enfermera y gritó: “¿Quién se ha olvidado de poner el oxígeno?”. Me pusieron y volví a la vida. Menos mal me tocó un doctor como a mí me gusta (ríe), me dijo: “En una semana ya puedes entrenar”. Ha sido bien duro, pero después de eso estuve con mucha hambre de competir.

Mary Luz Andía.
Mary Luz Andía.

Volver con una hija recién nacida debe ser más difícil.

Mi hija pareciera que está diseñada para una atleta de alto nivel (risas). Me ayuda bastante, es tranquila, se quedaba con su papá. Pero cuando me fui a competir sentí una desesperación increíble, pero ella estuvo muy tranquila. Le hacía videollamadas y así estuve.

¿Por qué eliges la marcha?

Empecé desde los 12 años. Tengo talento para correr, pero prefiero la marcha atlética mil veces.

¿Dónde radica la conexión?

Es una prueba técnica, va con mi estilo, es una prueba bastante psicológica. Hay que tener un físico ideal.

¿Por qué se dice que es dolorosa?

Porque no es una prueba que naturalmente tu cuerpo lo hace. Los movimientos son extraños para el cuerpo. Se usa más la cadera, la rodilla. Cuando inicias cansan las caderas y los tibiales. Por otro lado, es una prueba que no golpeas tanto la rodilla como un corredor.

¿Qué quisieras que tu hija lea en esta entrevista de acá a unos años cuando aprenda a leer? Piensa que es un mensaje al futuro.

(Risas). Le agradezco mucho por haber llegado a mi vida. Yo estaba en mi peor momento y ella le dio luz a mi vida. Yo estaba muy mal emocional y psicológicamente. Y gracias a ella he renacido y soy otra. Gracias a ti yo regresé al deporte.

¿Por qué estabas en tu peor momento?

Pasó después de hacer la marca para los Juegos Olímpicos de Tokio. Fue tanta la tensión emocional, que ya no quería entrenar. Estaba cansada, pero me atacó el insomnio, tenía ansiedad, depresión, estaba muy mal. No entendía por qué. Odiaba entrenar, no quería seguir en el deporte. El 2020, 2021 quería retirarme. La pandemia fue algo bueno, porque pude descansar. No podía más conmigo misma. No había a quién pedir ayuda, tenía 18 años, me dejé morir, no sabía qué pasaba conmigo. Tenía vértigo, ataques de pánico, me desmayaba en cualquier momento. Me hicieron miles de exámenes para ver qué tenía y nunca salió nada.

Cuando te enteraste de que serías mamá ¿no te deprimió más?

Pensé eso, ¿qué voy a hacer con un bebé? Pero como arte de magia, empecé a dormir. Y ya con ayuda psicológica y ayuda de mi esposo, lo fui superando. Y hasta que nació mi hija.

AUTOFICHA:

-“Soy Mary Luz Andía Arotaipe. Tengo 23 años. Nací en Espinar, Cusco, ahí estuve hasta los 14 años. Me fui a Arequipa por el deporte. En Espinar ya hacía marcha, un profesor de Educación Física me lo inculcó. Sin ningún entrenamiento de alto nivel clasifiqué al Sudamericano”.

-“Busqué un entrenador para llegar lo más lejos posible en este deporte. Pero también estudié para ser maestra de Educación Física, solo me falta mi título. Justo acabé la carrera el año que quedé embarazada. He tenido grandes resultados cuando estaba en juveniles”.

-“Tengo el récord nacional en juvenil, fui campeona sudamericana en sub-20, fui campeona panamericana, he estado en el número cuatro del mundo en mi categoría, entre otros triunfos. Quiero ir al Mundial y las Olimpiadas, después de eso quiero estar tranquila, no me quiero presionar”.


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